Mitos nacionales argentinos que han extrapolado fronteras.Carlos: Gardel, Evita Perón, el "Che" Guevara y Maradona

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Los orígenes difíciles, el azar, las circunstancias históricas y unos rasgos personales carismáticos unieron a personajes tan dispares como Carlos Gardel, Evita Perón, el "Che" Guevara y Maradona en mitos nacionales argentinos que han extrapolado fronteras.


"Si bien es necesario tener la locura suficiente para querer ser una figura destacada, es necesario que se den unas condiciones personales e históricas adecuadas, además del azar, para que nazca un mito", sostuvo hoy el pensador y filósofo argentino Juan José Sebreli.


Sebreli, uno de los intelectuales más reconocidos de su país, conversó con Efe con motivo de la presentación en Madrid de "Comediantes y mártires", una obra galardonada con el último Premio Debate-Casa de América de ensayo iberoamericano.


El texto parte de la premisa de que "todo personaje es susceptible de ser transformado en mito".


Y el primer ejemplo que citó Sebreli fue el boxeador argentino Carlos Monzón, que estuvo preso por matar a su mujer y falleció en un accidente automovilístico a los 52 años, pero a quien, subrayó, se le han erigido monumentos que hablan de la idolatría de un pueblo.


Para Sebreli, el futbolista Diego Armando Maradona es otro de los mitos "deleznables" que encarna "lo que no debe ser un deportista: drogado, desordenado, no disciplinado, quien transgrede sistemáticamente la máxima 'mens sana in corpore sano'".


Maradona, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia de este deporte, se diferencia de los otros tres mitos argentinos elegidos por Sebreli por ser "el primero que se dio a conocer en la era de la globalización, convirtiéndose merced a la televisión en un ídolo mediático".


Pero observa otras diferencias entre los cuatro personajes y así explicó que mientras el famoso cantante de tango Carlos Gardel era conservador; Evita, populista; y el Che Guevara, comunista; "Maradona es un oportunista, que no tiene una ideología concreta".


Una circunstancia que "el populismo -dijo el escritor- no tiene en cuenta, al absorber a todos como si fueran una familia y lucharan por una misma causa, la de la nación".


La figura del "Che" Guevara es objeto de un análisis detallado por parte de Sebreli. Explicó que pese a que una de las circunstancias que acompaña al mito es haber nacido en una "familia de origen humilde y ascender por medios propios hasta alcanzar la fortuna y la fama, Ernesto Guevara era hijo de una familia de clase alta, aunque en decadencia y conflictiva".


Una circunstancia que quizá, a juicio de Sebreli, explique que mientras los otros tres ídolos hacen "gran ostentación de su riqueza con sus ropas, joyas y fiestas, el 'Che' Guevara, se caracteriza por su ascetismo y pobreza, vistiendo incluso ropa rota y sucia".


Pero ello, no debe llevar al engaño, advirtió Sebreli, porque todos los ídolos "viven una vida de privilegio, muy desigual a la de las de las masas que les adoran", incluso en el caso de Guevara, quien ejercía "su autoridad con autoritarismo".


En su estudio Sebreli argumenta que pese a que los mitos son fenómenos de "masas populares", hoy en día también se da el caso de la "academización de los ídolos".


Y así puso como ejemplo el caso de Gardel, resucitado en los años 50 por los intelectuales argentinos, aunque el caso más claro, indicó, es la "intelectualización de Evita".


Recordó que tras la caída del peronismo "hubo un intento de los militares y de los grupos antiperonistas de destruir el mito de Evita, que se transformó en el ídolo de los guerrilleros en los años 70, para después ser alzada a héroe por parte de la cultura de masas merced a la popular ópera dedicada a este personaje".


Una figura, añadió, que "ha vivido su último avatar con la academización de su figura, al ser objeto de tesis universitarias.


No obstante, Sebreli se mostró convencido de que aunque parte del mito de Evita "se fabricó", ello no significa que fuese un producto artificial, porque ella "tenía condiciones personales y además su mito respondió a los deseos de la sociedad".


Una sociedad que en tiempos de crisis "acentúa la necesidad de crear ídolos", concluyó Sebreli.


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