El cincuentenario de la Bossa Nova, que se cumple este año en una fecha sobre la que los expertos no se ponen de acuerdo, está siendo conmemorado en Brasil con fiestas y conciertos, pero también con debates pues este ritmo nació en medios académicos.
Todos coinciden en que la Bossa Nova data de 1958, pero para unos el lanzamiento fue en mayo de ese año, cuando salió el disco "Canao do Amor Demais", en el que Elizeth Cardoso interpreta composiciones de Vinicius de Moraes y Tom Jobin; para otros el nuevo ritmo arranca en agosto de 1958 con el disco "Chega de Saudade".
La canción ya constaba en el disco de Cardoso, pero pasó desapercibida hasta que se editó en sencillo de vinilo interpretada por Joo Gilberto.
Sea como fuere, el cincuentenario ha servido de disculpa para varios tipos de eventos, principalmente musicales, y aún se esperan otros muchos a lo largo del año.
Las conmemoraciones comenzaron en octubre del año pasado, cuando la Alcaldía de Río de Janeiro declaró oficialmente a la Bossa Nova patrimonio cultural carioca, y prosiguieron en marzo de este año con un concierto multitudinario en la playa de Ipanema en el que se turnaron cantantes y músicos de la vieja guardia y de las nuevas generaciones que cultivan el género.
Los actos se intensificaron este mes con exposiciones y nuevos conciertos en varios lugares del país y tendrán su punto culminante en agosto, cuando Joao Gilberto, la mayor leyenda viva de la Bossa Nova cuyas apariciones son escasísimas, ofrecerá cuatro conciertos en Río de Janeiro, Sao Paulo y Salvador.
El cincuentenario ha sido motivo este mes hasta para un Congreso académico con palestras, testimonios de músicos y performances sobre el ritmo musical brasileño más difundido en el mundo.
El propósito del "Congreso Cheio de Bossa", convocado para la alcaldía de Río de Janeiro, fue colocar al público en contacto con el ambiente poético, académico y musical en que nació el ritmo que tiene la música "Garota de Ipanema" como uno de sus mayores emblemas.
"Es un encuentro al mejor estilo de los momentos iniciales de la Bossa Nova, cuando las presentaciones organizadas por sus jóvenes creadores se realizaban en ambientes académicos, como universidades y escuelas", según los organizadores del evento.
El ritmo surgió de reuniones de músicos, poetas, intelectuales y bohemios en apartamentos en Copacabana e Ipanema, dos de los barrios más tradicionales de un Río de Janeiro que aún era capital de Brasil y cuando el país vivía los llamados "años dorados" de la presidencia de Juscelino Kibitschek, de la industrialización, la urbanización y la conquista de su primer mundial de fútbol.
Pese a que el movimiento nació en reuniones en apartamentos privados y se hizo público en presentaciones en escenarios universitarios, ganó fama cuando ocupó los bares de un local en Copacabana llamado Beco das Garrafas.
Aunque inicialmente fue concebida como una forma diferente y más erudita de tocar samba, la Bossa Nova asumió un estilo propio e incorporó otras expresiones de la llamada música popular brasileña y algunos acordes del jazz y el blues.
La Bossa Nova, referencia para varias generaciones de músicos brasileños y aún con influencia en los nuevos compositores, tiene como sus máximos exponentes al trío compuesto por el poeta y diplomático Vinicius de Moraes, autor de varias de las composiciones más importantes del género, el pianista y compositor Tom Jobim y al guitarrista y cantautor Joao Gilberto.
Los dos primeros, ya fallecidos, fueron autores de clásicos como "Garota de Ipanema", que es considerada la música brasileña más conocida en todo el mundo y que ganó eco mundial en la "voz" de Frank Sinatra, mientras que Gilberto fue quien introdujo los nuevos y revolucionarios acordes que hicieron que la Bossa Nova se ganara al mundo.
En el sencillo de "Chega de Saudade", aparece en la cara B "Bim-bom", de Joao Gilberto, y en ambas canciones ya era posible escuchar el nuevo tipo de interpretación de guitarra con que el guitarrista revolucionó la música brasileña.
Pese a que la Bossa Nova es asociada automáticamente con Río de Janeiro, Sao Paulo, la mayor ciudad del país, no se quedó atrás en los homenajes y ya inauguró dos exposiciones diferentes en que pueden ser apreciadas una selección de grabaciones, videos, carátulas de discos, fotografías y vestimentas de hace 50 años.
Todos coinciden en que la Bossa Nova data de 1958, pero para unos el lanzamiento fue en mayo de ese año, cuando salió el disco "Canao do Amor Demais", en el que Elizeth Cardoso interpreta composiciones de Vinicius de Moraes y Tom Jobin; para otros el nuevo ritmo arranca en agosto de 1958 con el disco "Chega de Saudade".
La canción ya constaba en el disco de Cardoso, pero pasó desapercibida hasta que se editó en sencillo de vinilo interpretada por Joo Gilberto.
Sea como fuere, el cincuentenario ha servido de disculpa para varios tipos de eventos, principalmente musicales, y aún se esperan otros muchos a lo largo del año.
Las conmemoraciones comenzaron en octubre del año pasado, cuando la Alcaldía de Río de Janeiro declaró oficialmente a la Bossa Nova patrimonio cultural carioca, y prosiguieron en marzo de este año con un concierto multitudinario en la playa de Ipanema en el que se turnaron cantantes y músicos de la vieja guardia y de las nuevas generaciones que cultivan el género.
Los actos se intensificaron este mes con exposiciones y nuevos conciertos en varios lugares del país y tendrán su punto culminante en agosto, cuando Joao Gilberto, la mayor leyenda viva de la Bossa Nova cuyas apariciones son escasísimas, ofrecerá cuatro conciertos en Río de Janeiro, Sao Paulo y Salvador.
El cincuentenario ha sido motivo este mes hasta para un Congreso académico con palestras, testimonios de músicos y performances sobre el ritmo musical brasileño más difundido en el mundo.
El propósito del "Congreso Cheio de Bossa", convocado para la alcaldía de Río de Janeiro, fue colocar al público en contacto con el ambiente poético, académico y musical en que nació el ritmo que tiene la música "Garota de Ipanema" como uno de sus mayores emblemas.
"Es un encuentro al mejor estilo de los momentos iniciales de la Bossa Nova, cuando las presentaciones organizadas por sus jóvenes creadores se realizaban en ambientes académicos, como universidades y escuelas", según los organizadores del evento.
El ritmo surgió de reuniones de músicos, poetas, intelectuales y bohemios en apartamentos en Copacabana e Ipanema, dos de los barrios más tradicionales de un Río de Janeiro que aún era capital de Brasil y cuando el país vivía los llamados "años dorados" de la presidencia de Juscelino Kibitschek, de la industrialización, la urbanización y la conquista de su primer mundial de fútbol.
Pese a que el movimiento nació en reuniones en apartamentos privados y se hizo público en presentaciones en escenarios universitarios, ganó fama cuando ocupó los bares de un local en Copacabana llamado Beco das Garrafas.
Aunque inicialmente fue concebida como una forma diferente y más erudita de tocar samba, la Bossa Nova asumió un estilo propio e incorporó otras expresiones de la llamada música popular brasileña y algunos acordes del jazz y el blues.
La Bossa Nova, referencia para varias generaciones de músicos brasileños y aún con influencia en los nuevos compositores, tiene como sus máximos exponentes al trío compuesto por el poeta y diplomático Vinicius de Moraes, autor de varias de las composiciones más importantes del género, el pianista y compositor Tom Jobim y al guitarrista y cantautor Joao Gilberto.
Los dos primeros, ya fallecidos, fueron autores de clásicos como "Garota de Ipanema", que es considerada la música brasileña más conocida en todo el mundo y que ganó eco mundial en la "voz" de Frank Sinatra, mientras que Gilberto fue quien introdujo los nuevos y revolucionarios acordes que hicieron que la Bossa Nova se ganara al mundo.
En el sencillo de "Chega de Saudade", aparece en la cara B "Bim-bom", de Joao Gilberto, y en ambas canciones ya era posible escuchar el nuevo tipo de interpretación de guitarra con que el guitarrista revolucionó la música brasileña.
Pese a que la Bossa Nova es asociada automáticamente con Río de Janeiro, Sao Paulo, la mayor ciudad del país, no se quedó atrás en los homenajes y ya inauguró dos exposiciones diferentes en que pueden ser apreciadas una selección de grabaciones, videos, carátulas de discos, fotografías y vestimentas de hace 50 años.
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