los días de Daniela Cott transcurrían entre botellas, cartones y bolsas de basura. Todas las tardes salía a cartonear. Hasta que un cazador de talentos quedó deslumbrado por sus ojos verdes y su inquietante belleza y le propuso ser modelo. Hoy, Daniela, de 15 años es la primera modelo ex cartonera del país.
“Sos muy linda, podés ser modelo”, le dijo aquella tarde su descubridor mientras ella revisaba una bolsa de basura. Daniela lo pensó durante todo el viaje hasta su casa en Villa Caraza, Lanús. El hombre le había dejado una tarjeta con su teléfono. Dos días después Daniela lo llamó. “Me sacaron unas fotos y a la semana dejé de cartonear”, cuenta.
Daniela cartoneaba por algunas avenidas y calles de Palermo con uno de sus hermanitos y una tía. A la mañana iba al colegio y a las 5 de la tarde viajaban para Capital. Como consecuencia de su trabajo, sus manos están ásperas, cortadas, y en la agencia las cuidan ahora con un tratamiento especial.
La chica de la agencia Haru Models fue bulímica y anoréxica cuando tenía 10 años. “Lo superé bastante”, dice. Vive en Lanús, en una casa de tres habitaciones, en la que una es sólo para ella. La otra la ocupa su mamá con su hermanita Luzmila, de apenas un año, y en la restante están sus 5 hermanos varones.
Su primer sueldo como modelo fue por una producción de fotos para una casa de ropa por el que ganó 500 pesos en canje de prendas y 300 en billetes. Esa noche festejó con su mamá y sus hermanos en un tenedor libre de la zona. Hace apenas unos días desfiló por primera vez y este martes lo hará otra vez en el local de tangos Michelangelo.
La flamante modelo cursa séptimo grado, pero todavía no sabe si este año terminará la primaria. Dice que se atrasó, porque tuvo que dejar durante algún tiempo para salir a cartonear. Según dice, le cuesta mucho estudiar y le gustaría dejar el colegio.
“Sos muy linda, podés ser modelo”, le dijo aquella tarde su descubridor mientras ella revisaba una bolsa de basura. Daniela lo pensó durante todo el viaje hasta su casa en Villa Caraza, Lanús. El hombre le había dejado una tarjeta con su teléfono. Dos días después Daniela lo llamó. “Me sacaron unas fotos y a la semana dejé de cartonear”, cuenta.
Daniela cartoneaba por algunas avenidas y calles de Palermo con uno de sus hermanitos y una tía. A la mañana iba al colegio y a las 5 de la tarde viajaban para Capital. Como consecuencia de su trabajo, sus manos están ásperas, cortadas, y en la agencia las cuidan ahora con un tratamiento especial.
La chica de la agencia Haru Models fue bulímica y anoréxica cuando tenía 10 años. “Lo superé bastante”, dice. Vive en Lanús, en una casa de tres habitaciones, en la que una es sólo para ella. La otra la ocupa su mamá con su hermanita Luzmila, de apenas un año, y en la restante están sus 5 hermanos varones.
Su primer sueldo como modelo fue por una producción de fotos para una casa de ropa por el que ganó 500 pesos en canje de prendas y 300 en billetes. Esa noche festejó con su mamá y sus hermanos en un tenedor libre de la zona. Hace apenas unos días desfiló por primera vez y este martes lo hará otra vez en el local de tangos Michelangelo.
La flamante modelo cursa séptimo grado, pero todavía no sabe si este año terminará la primaria. Dice que se atrasó, porque tuvo que dejar durante algún tiempo para salir a cartonear. Según dice, le cuesta mucho estudiar y le gustaría dejar el colegio.
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