Madonna deslumbró en Buenos Aires

El espectáculo de Madonna comenzó con cierta frialdad pero rápidamente la cantante se encargó de encender a los fanáticos. La reina del pop apareció en el escenario, sentada sobre un gran sillón negro, y saludó al público con un "¡Hello, Buenos Aires!". De esta forma arrancó el penúltimo show que la cantante ofreció ayer en el estadio de Rivel Plate.

Esta noche la artista subirá por última vez al escenario en su gira por Argentina, donde mostró el espectáculo "Sticky and Sweet Tour". Los fanáticos esperan que la puesta exhiba el mismo despliegue y glamour de las presentaciones anteriores.

El espectáculo de anoche comenzó con los temas "The beat goes on"; "Human nature" (acompañado en las pantallas con imágenes de Britney Spears, Pharrell Williams y Kane West); una versión brillante de "Vogue" e "In to the groove". Luego, la diva se alejó de la escena para hacer su primer cambio de vestuario.

Después regresó y, con una minimalista hecho teatral, interpretó "She´s not me", una canción en la que se enfrentó a ella misma en todas sus épocas mediante las imágenes proyectadas en las pantallas gigantes. Aquí invitó, por primera vez, al público a cantar.


Un interludio con danza étnica, en una remixada versión de "Rain", marcó el inicio de un pasaje oscuro del recital, donde sobresalió el pulso de "Spanish lesson", que requirió un nuevo vestuario y la presencia de 12 bailarines que estaban vestidos con togas negras.


La segunda parte del show fue en la que más participaron los fanáticos, porque Madonna giró hacia los ritmos latinos. En este segmento no podía faltar "La isla bonita", donde la artista mostró, en su canto, un acento flamenco-rumano, y "Like a virgen", que el público le pidió a gritos. La intensidad se mantuvo hasta el final.

En el epílogo de la presentación, siempre apoyada en los bailarines, la gran puesta siguió adornada de luces y de imágenes proyectadas en las pantallas, que reforzaron la escenografía. Madonna dejó en claro que es una artista de gran valor porque hizo una rutina impecable, al punto que su show finalizó sin bises, con un perfecto game over.

Madonna deslumbró +en Buenos Aires