La riqueza de las familias norteamericanas se hundió un 18% en 2008

La riqueza de las familias norteamericanas se hundió un 18% en 2008 y así han perdido años de ganancias, algo que no sucedía desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. La Fed dijo el jueves que la riqueza de los hogares cayó unos 11 billones, un declive en sólo un año que equivale a la producción anual de Alemania, de Japón y de Gran Bretaña juntas, explica The Wall Street Journal hoy.

La baja de la riqueza de los norteamericanos, la primera en seis años, le sigue a un boom extraordinario, ya que la riqueza se había más que duplicado entre 1990 y 2000, y luego, tras una pausa, subió casi 50% antes de frenarse en 2008.

Mientras, la deuda total norteamericana se mantenía en su nivel, pero la deuda total de hogares subió medio punto porcentual en 2008, porque las familias afrontaban requisitos de préstamo más duros, y a todos les empezó a resultar más difícil tener el mismo nivel de siempre. Ese fenómeno se llama "efecto de la riqueza", lo que provoca que ahora se deban hacer recortes por todos lados y se dispare la frugalidad, insiste el diario.

Los dueños de hogares tienen 43% del patrimonio neto en sus casas, el más bajo nivel de la historia. Entre las ejecuciones hipotecarias y las más duras reglas del crédito, el total de créditos de hipotecas bajó el año pasado por primera vez desde que la Fed tomó partido en 1945.

La recesión que comenzó en diciembre de 2007 revirtió una larga explosión financiera, como si el más bajo declive hubiera seguido al más alto incremento de riqueza. En total, la riqueza neta de los hogares se mantuvo en u$s51,41 millones de millones a fines de 2008, según la Fed. Además de haber bajado 17,9% en un año, era 9% menor que la cifra del anterior trimestre.

El diario The Wall Street Journal manifiesta que emergen signos de que los norteamericanos están aprendiendo lecciones de sus imperios colapsados. De 46 economistas que respondieron a ese periódico una encuesta, 43 predijeron una nueva era de ahorro que persistirá más allá del fin de la recesión