Herederos de grandes imperios del lujo y el 'glamour'

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Ellos han demostrado que son jóvenes aunque sobradamente preparados. No sólo han heredado de sus antepasados mucho dinero sino también un olfato especial para convertir en oro todo lo que tocan. Son los reyes Midas del siglo XXi y prometen dar mucho que hablar en el mundo de la moda, la cosmética y la perfumería de alto standing.

Romano Ricci, Antoine Arnault, Allegra Versace, François-Henri Pinault, Ivanka Trump y Lapo Elkann son el mejor ejemplo de que el talento va en los genes. Arnault es el heredero del imperio del lujo por antonomasia. Es uno de los cinco hijos del poderoso empresario francés Bernard Arnault, actual Presidente del grupo LVMH (Moët Hennessy Louis Vuitton). A este imperio pertenecen marcas como Louis Vuitton, Hennessy, Möet Chandon, DKNY, Fendi, Givenchy, Gucci, Loewe e YSL. Y sus hijos Antoine y Delphine han decidido seguir sus pasos, de ahí que sean habituales en las primeras filas de los mejores desfiles y que vivan rodeados de moda en estado puro.



Nuestro siguiente protagonista también es un digno heredero de su padre, François Pinault. El marido de Salma Hayek, Françoic-Henri Pinault, es uno de los hombres más ricos del mundo y actualmente preside el lujoso conglomerado PPR (Pinault-Printemps-Redoute) reemplazando a su padre, que se retiró en 2005. Bajo su batuta están los designios de firmas como Puma, Gucci, Balenciaga e incluso la famosa casa de subastas Christie' s.

Mucho más joven es Allegra Versace. Cuando su tío, el genial Gianni Versace, murió asesinado en 1997, la dejó como heredera del 50% de su fortuna. Así, cuando cumplió la mayoría de edad se convirtió en socia mayoritaria del imperio creado por Gianni, percibiendo más de 225 millones de euros. Al margen de eso, Versace legó a su 'princesa' una casa próxima al lago Como, otra de campo en Nueva York y una mansión en Miami. Quienes la conocen la definen como esquiva, reservada, sensible e inteligente, un carácter forjado entre desfiles, mansiones y fiestas, al margen de la lucha que durante años ha mantenido contra la anorexia.



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Otra princesa del lujo es Ivanka Trump. La hija de Donald e Ivanna Trump quiso probar suerte como modelo y la Gran Manzana la acogió con los brazos abiertos. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha dado cuenta de que podía ser la mejor 'aprendiz' de su padre, el magnate Trump. Además, ha creado su propia firma de joyas. "Glamour sin esfuerzo inspirado por el mundo de Ivanka Trump. Diamantes y brillantes que reflejan el estilo y elegancia personal de Ivanka. Hemos diseñado joyas para ser extraordinarios”, de esta forma presentaba su proyecto más ambicioso.



Él también conoce el lenguaje empresarial como nadie. Lapo Elkann es el miembro más díscolo del clan Agnelli, sin embargo está dispuesto a crear su propio imperio aunque tarde -como él mismo afirmaba- "diez o veinte años". No sólo es un apasionado de los coches, como toda su familia, sino que es un gran amante de la moda. De ahí que haya creado su propia línea: Italia Independent, que refleja su creatividad y espíritu aventurero.

Otro de los grandes prentendientes a convertirse en el heredero ideal es Romano Ricci, considerado uno de los más aventajados creadores de perfume actuales. Quienes han trabajado con él afirman que es un digno descendiente de su bisabuela, la mítica Nina Ricci. También su abuelo, Roberto Ricci (creador de L'Air du Temps), quiso continuar con la tradición de la famosa modista, abriéndose paso en el mundo de las fragancias. Con notas mucho más actuales y rodeándose de los mejores, Romano se ha convertido en un auténtico dandy de los aromas y ha sacado al mercado Juliette has a gun, rindiendo así su particular homenaje a la heroína romántica de William Shakespeare.

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El empresario gallego Amancio Ortega no sólo puede presumir de salir año tras año en la lista de los más ricos de Forbes, también puede hacerlo de tener una hija a la altura de las circunstancias. Parece que Marta Ortega tiene el perfil ideal para continuar y engrandecer el inmenso legado de su padre. El imperio Inditex estará algún día en su poder y tendrá que altenar su pasión por los caballos con las reuniones y consejos de administración de las más de 3.000 tiendas que poseen alrededor del mundo.


Otro ejemplo de buen hacer patrio es el de la familia Loewe. Aunque ya está en manos del grupo LVMH, ha sido siempre una empresa familiar que hasta el momento de su venta tuvo a Enrique Loewe a la cabeza. No osbtante, sus hijos Enrique y Margarita Loewe Lynch siguen sus pasos dentro de ella mientras su padre sigue detentando la presidencia de honor de la compañía, que fue fundada por sus antepasados a mitad del siglo XIX.






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