Madonna visitó hoy en Río de Janeiro la favela Dona Marta, la misma en la que hace trece años estuvo el recientemente fallecido "rey del pop", Michael Jackson.
Madonna llegó esta tarde en compañía del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, y de un séquito de guardaespaldas, ante la mirada curiosa de los habitantes de Dona Marta, una de las favelas de las cuales las autoridades lograron expulsar a los narcotraficantes con vigilancia policial y proyectos sociales.
El ambiente de hoy en la favela era muy distinto del que se vivía en 1996, cuando Michael Jackson estuvo en la barriada, entonces dominada por traficantes de drogas, para grabar un videoclip, y sus acompañantes tuvieron que negociar su seguridad con los delincuentes.
Madonna, que vestía pantalones vaqueros y una chaqueta negra, conversó hoy con un joven minusválido y visitó una casa del sector luego de asistir a una presentación de samba y danza contemporánea de los vecinos.
La artista llegó el pasado lunes a Río de Janeiro, entre fuertes medidas de seguridad, en busca de inversiones para algunos proyectos sociales que quiere llevar a cabo, aunque su agenda se ha desarrollado bajo el más estricto secreto por parte del equipo que la acompaña.
El jueves, la artista hizo un viaje fugaz a Sao Paulo para reunirse con un grupo de 24 mujeres de una comunidad pobre entre los 15 y 21 años, con quienes habló sobre los valores positivos que transmite la doctrina hebrea de la Cábala, de la que ella misma es seguidora.
Según el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, en una cena que tuvo anoche con la artista en casa del multimillonario brasileño Eike Batista, la invitó a dar un concierto en Río de Janeiro la noche del 31 de diciembre de 2010 y Madonna aceptó.
Versiones de medios locales señalaron hoy que en esa cena la artista, que hoy debe terminar su visita al país, recibió una jugosa contribución en metálico de Batista para sus proyectos sociales
Madonna llegó esta tarde en compañía del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, y de un séquito de guardaespaldas, ante la mirada curiosa de los habitantes de Dona Marta, una de las favelas de las cuales las autoridades lograron expulsar a los narcotraficantes con vigilancia policial y proyectos sociales.
El ambiente de hoy en la favela era muy distinto del que se vivía en 1996, cuando Michael Jackson estuvo en la barriada, entonces dominada por traficantes de drogas, para grabar un videoclip, y sus acompañantes tuvieron que negociar su seguridad con los delincuentes.
Madonna, que vestía pantalones vaqueros y una chaqueta negra, conversó hoy con un joven minusválido y visitó una casa del sector luego de asistir a una presentación de samba y danza contemporánea de los vecinos.
La artista llegó el pasado lunes a Río de Janeiro, entre fuertes medidas de seguridad, en busca de inversiones para algunos proyectos sociales que quiere llevar a cabo, aunque su agenda se ha desarrollado bajo el más estricto secreto por parte del equipo que la acompaña.
El jueves, la artista hizo un viaje fugaz a Sao Paulo para reunirse con un grupo de 24 mujeres de una comunidad pobre entre los 15 y 21 años, con quienes habló sobre los valores positivos que transmite la doctrina hebrea de la Cábala, de la que ella misma es seguidora.
Según el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, en una cena que tuvo anoche con la artista en casa del multimillonario brasileño Eike Batista, la invitó a dar un concierto en Río de Janeiro la noche del 31 de diciembre de 2010 y Madonna aceptó.
Versiones de medios locales señalaron hoy que en esa cena la artista, que hoy debe terminar su visita al país, recibió una jugosa contribución en metálico de Batista para sus proyectos sociales
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