Carolina de Mónaco, traicionada por su marido

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Ernesto Augusto de Hannover, esposo de la princesa Carolina de Mónaco, fue sorprendido en una playa tailandesa en compañía de una desconocida, a la que abrazó y besó mientras ambos se bañaban en las cálidas aguas del Índico.

El semanario alemán Bunte publica fotografías exclusivas de la pareja en la idílica playa de Freedom, en el balneario tailandés de Phuket, en las que puede verse que ambos no ocultan su romance, ya que fueron sorprendidos en un lugar público.

"Turistas de todo el mundo han podido verlo (a Ernesto Augusto) como besaba a su bella acompañante, estrechamente abrazados en las calientes aguas del mar y como se dejó posteriormente dar crema", señala la revista en el reportaje.

La publicación alemana añade que "la primera dama de Mónaco no puede aceptar verse humillada públicamente de esa manera" y comenta que la amante del príncipe podría ser una doble de Carolina por su gran parecido físico, aunque algo más joven.

El semanario comenta que estas fotografías de Ernesto Augusto de Hannover fueron tomadas mientras Carolina de Mónaco se encontraba esquiando con sus cuatro hijos en la localidad suiza de Crans Montana.

El matrimonio entre Ernesto de Hannover (54 años) y la princesa Carolina (52) de Mónaco atraviesa una grave crisis y ambos se están tomando un tiempo de reflexión.

De hecho, desde hace meses no comparten el lecho conyugal. La princesa abandonó la casa familiar situada en Fountainebleu, al sur de París, y regresó al Principado de Mónaco. Además cambió de colegio a la pequeña Alexandra de Hannover, la hija de 10 años del matrimonio.

La última vez que se los vio juntos fue el pasado 20 de julio en Bonifacio (Córcega), con motivo del décimo aniversario de la pequeña Alexandra, que pasó todo el verano en la casa familiar de Saint-Rémy de Provence, en compañía de su madre, mientras el príncipe de Hannover se desplazaba a Salzburgo para asistir en solitario al festival de ópera.

Ernesto de Hannover se ha ganado a pulso la fama de oveja negra de la monarquía europea, algo que colmó la paciencia de Carolina.

El año pasado un tribunal de Alemania lo condenó a pagar una considerable indemnización tras haber golpeado al gerente de un hotel y por pegar una patada en el trasero a un fotógrafo.

Otra de las controvertidas actuaciones de Ernesto, cuya afición al alcohol lo llevó a sufrir una grave dolencia de páncreas hace algunos años, fue besar a la reina de Inglaterra durante un banquete en Alemania, algo que protocolariamente se considera un insulto. O las polémicas fotografías en las que se le veía orinando contra la pared del pabellón turco en la Expo de Hannover del año 2000.

El próximo episodio se producirá el 13 de enero, cuando se espera que la princesa testifique ante un tribunal alemán en la localidad de Hildesheim, al sur del país, en un proceso contra Ernesto Augusto por agredir al propietario de un hotel en Kenia.

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