James Cameron, director de la película "Avatar" en protesta ecológica

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James Cameron, director de la película "Avatar" , se comprometió hoy a "difundir en el mundo" el rechazo de indios y campesinos a la construcción en la Amazonia brasileña de la que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo.


"Soy cineasta, no soy político ni científico, pero creo en esta causa y hay que decirle al mundo que hay otros modelos de progreso y desarrollo" , dijo el director canadiense ante cientos de activistas que hoy protestaron en Brasilia contra el proyecto de la represa de Belo Monte, que desplazará a unos 50 mil indios y agricultores.


Cameron unió su voz de protesta en un acto celebrado ante la sede de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) , que convocó la licitación para la construcción de la represa para el 20 de abril.


El cineasta explicó que durante las dos semanas que lleva en Brasil, donde ha participado en reuniones ecologistas y ha difundido el DVD de "Avatar" , ha escuchado "a decenas de personas hablar en contra de ese proyecto, por las consecuencias que tendrá para el medio ambiente y para las poblaciones amazónicas".


"Escuché también a los indios, escuché su rechazo y los motivos de su lucha, y no puedo resistirme a unir mi voz a este grito de resistencia" , afirmó en medio de banderas rojas y blancas y las ovaciones de los activistas.


Junto con Cameron estuvieron también Sigourney Weaver y Joel David Moore, dos de los protagonistas de "Avatar" , una película de ciencia ficción con un fuerte mensaje ecologista.


La hidroeléctrica de Belo Monte, que será construida en el río Xingú, tendrá una potencia de 11 mil 233 megavatios, que la convertirá en la tercera mayor del mundo, por detrás de la china de Tres Gargantas y la de Itaipú, que comparten Brasil y Paraguay.


Para su construcción será inundada un área de 506 kilómetros cuadrados y, según los movimientos sociales, serán desplazados más de 50 mil indígenas y campesinos, mientras que otras decenas de miles sufrirán el impacto ambiental del proyecto, que se levantará en el municipio de Altamira, en el estado amazónico de Pará.


Al rechazo esa colosal obra se ha unido también el Ministerio Público Federal de Brasil, que ha presentado dos acciones ante la Justicia para intentar suspender la licitación por fallos detectados en la concesión de la licencia ambiental y por una incompatibilidad con la Constitución.


Según la fiscalía, la central causará un "grave impacto" en la selva amazónica, podrá secar cien kilómetros del río e "intoxicar" el agua, lo que pondrá en peligro la supervivencia de unas 12 mil familias de campesinos y de varios pueblos indios.


El Ministerio Público también sostiene que no se puede celebrar la subasta porque no existe una legislación que regule expresamente la construcción de hidroeléctricas en tierras indígenas, que están protegidas por normas constitucionales.

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