Empire Avenue mide prestigio e influencia en la red de sus usuarios

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Se trata de Empire Avenue, creada en Canadá y en donde el usuario puede cotizar su influencia como si fuera el valor de una acción que cotiza en Bolsa. Por el momento sólo se puede acceder por invitación
Empire Avenue funciona como una Bolsa de valores en la que se negocia el prestigio e influencia en la red de sus usuarios. Al abrir una cuenta, el usuario dispone de 1.500 Eaves (una moneda virtual) y dispone de 10.000 acciones que valen cada una 10 Eaves. A partir de ahí empieza a construir su cartera de inversiones.

Cuánto más activo es el usuario en otras redes como facebook y twitter, o en su blog y otras aplicaciones, más dinero genera y más crece su cotización.

La cotización de tu acción varía en función de cuán activo eres y de cuan demandada es. Si no tienes actividad tiende a bajar (y viceversa) y si mucha gente la quiere, sube de precio. Cuando se agotan tus acciones puedes emitir más -aunque esto está limitado- y eso también aumenta su precio.

Al inicio del juego, Empire Avenue valora los contactos del usuario, le da un precio de salida y un stock de acciones propias, y a partir de ahí la propia Bolsa va regulando.

A la hora de comprar acciones, Cristián Muñoz, usuario de 26 años bastante activo, tiene claros sus criterios: se compran acciones "en general de gente conocida, amigos, conocidos y famosos con cuenta en twitter y que también están en Empire Avenue".

Pero también hace "algunas apuestas porque hay que diversificar un poco y jugársela con acciones que en teoría van a subir", matiza con un léxico más propio de los mercados que de una red social.

Empire Avenue se abrió al público el martes pasado y aún es necesaria una invitación para ingresar.

Mientras los usuarios hablan de "transar la influencia de personas y empresas", el sociólogo Vicente Espinoza, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, opina que el atractivo del juego "tiene que ver con ponerle precio, medir el prestigio de las personas en valor monetario", explica.

"Al comienzo entraba a cada rato, era muy muy adictivo. Pero estos últimos días sólo reviso dos o tres veces al día cómo va la cosa", reconoce Muñoz. "De momento no me ha tocado una caída muy fuerte, pero igual se siente raro que esté a la baja. No es bonito verse con números rojos", comenta divertido.


Fuente: AFP

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