Las mejores islas del Mediterraneo para veranear

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Brac (Croacia)
Para muchos, Zlatnic Rat, en Bol, es la playa más bella de todo el país. Un cuerno de arena tremendamente fotogénico que se adentra medio kilómetro en el mar e imprescindible en un recorrido en barco por las islas de la costa Dálmata. Fondear en las aguas de esta lengua de tierra situada en Brac, una de las 50 islas habitadas del país, debe combinarse con una visita a sus ciudades costeras y pueblecitos de piedra.



Formentera
Playas de arena blanca, aguas turquesa, pueblecitos marineros, acantilados, faros insólitos, cuevas… Pese a su pequeño tamaño, esta mágica isla de las Baleares, plana y estrecha, encierra una increíble variedad de paisajes y rincones chic para disfrutar del sol, como Illetes, su playa más famosa donde, en verano, atracan veleros y lanchas procedentes de Ibiza. Una vez aquí no hay que dejar de pasar por las calitas de agua transparente de la costa sur, conocida como Migjorn, perderse por los senderos de Barbaria...



Malta
Esta isla que viera desfilar a fenicios y griegos, cartagineses y romanos, árabes, normandos y, por supuesto, a los Caballeros de la Orden de Malta ha servido también de plató de cine para películas como Ágora, Gladiator, Troya o El Conde de Montecristo. Su capital, La Valetta, atesora un espectacular casco antiguo adornado de iglesias barrocas, palacios y cúpulas cercado por las poderosas fortificaciones con las que los Caballeros blindaron su bahía contra los ataques otomanos. Mientras Mdina, la ciudad más antigua de la isla, posee un cogollo peatonal cosido de nobilísimos palacetes e iglesias y horadado de catacumbas. No dejes de subir a una de las típicas dghajsa, transformadas en taxis acuáticos, para llegar al puerto de Senglea.


Mykonos (Grecia)
A pesar de que en la mitología griega esta isla fue escenario de la batalla entre Zeus y los Gigantes, este paraíso rebosa paz en sus estrechas calles llenas de casas blancas con balcones cuajados de flores convertido en un lugar de descanso de actores de postín. Tiene playas para todos los gustos, como las animadas Paradise y Super Paradise, las tranquilas Calafatis, Psarú, Agia Ana o Elia o las preferidas para los aficionados a los deportes acuáticos, como Platis Yalos. Entre las más de 400 iglesias y ermitas que hay en la isla destaca la dedicada a la Virgen Paraportiani, en la capital de la isla, fiel a las fachadas y cúpulas blancas que caracterizan a los templos ortodoxos. Las ruinas de Portes, el monasterio de Panagia Turliani, en Ano Mora, y un paseo en barquita para observar desde el mar se suman a los atractivos de la más destacada de las islas Cícladas.

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Cerdeña (Italia)
La temporada de regatas, patrocinadas por las grandes casas del lujo que se celebran, sobre todo, en Porto Cervo y Porto Rotondo animan entre junio y septiembre los glamourosos veranos de la Costa Esmeralda, como es conocido el tramo noreste de la segunda isla más grande del Mediterráneo. La que en los años 60 el Aga Khan y su corte de amistades se propusieron convertir en refugio de lujo de la jet internacional, hoy sigue ofreciendo esa estampa. Sus playas son un auténtico paraíso, desde la más larga de Liscia Ruia hasta las más familiares y gemelas de arena blanquísima de Capriccioli, las más del gusto de las celebrities, como Sipaggia del Principe, o la de Romazzino, flanqueada de elegantísimas villas. No dejes de explorar las siete islitas del archipiélago de la Magdalena.


Djerba (Túnez)
En el golfo de Gabés, frente a las costas de Túnez, Djerba es un paraíso de belleza singular en el que Homero situó uno de los pasajes más emocionantes de La Odisea. Sus medinas pintorescas, animados mercadillos, excelentes campos de golf, palmerales y playas infinitas –Seguia, Sidi Mahrez, Rass Taguerness…-, excursiones en camello o bicicleta son los mitos reales que aguardan a los sucesores de Ulises.

Corfú (Grecia)
Durante su viaje a Ítaca, Ulises hizo su última parada en esta isla griega situada en el mar Jónico. Hoy, pasa por ser una de las más turísticas del Mediterráneo. Guarda paisajes abruptos, como el Monte Pantocrátor, playas imprescindibles como Jalicunas, Marahias, Skudi, Bitalades, Perulades, el Canal D´Amour y una de las capitales más bellas de Grecia, que da nombre a la isla, cargada de iglesias bizantinas, monasterios y fortalezas venecianas en sus callejuelas medievales.

Córcega (Francia)
Más de doscientos kilómetros de arena blanca y aguas cristalinas dan idea del bellísimo paraíso natural que envuelve a esta isla francesa, la más verde del Mediterráneo. Un elegante y exclusivo destino donde no hay que perderse la mítica playa de Calví, una de las más bonitas de Europa, la ciudad fortificada de Porto Vecchio, que mantiene el encanto de otros tiempos, o la capital, Ajaccio, la que más y mejor honra la memoria de Napoleón; además de pueblecitos tan pintorescos como Bonifacio, situado en un capricho rocoso esculpido por el mar.



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