Reconciliación entre el Vaticano y lefebvristas

Los integristas del movimiento ultraconservador, opuestos al Concilio Vaticano II, hicieron concesiones para reintegrarse a la Iglesia. La decisión final está en manos del Papa



"Recibimos ayer una respuesta de la fraternidad, muy distinta a las precedentes. Eso constituye un paso hacia adelante, una evolución alentadora", explicó el padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano, luego de confirmar la recepción de una carta de monseñor Bernard Fellay, superior general del movimiento.



Lombardi precisó que los integristas enviaron varias "propuestas o exigencias" sobre el "preámbulo doctrinal" que le habían propuesto en septiembre pasado una vez iniciadas las conversaciones entre las partes.



Según el vocero del Papa, el Vaticano prepara una respuesta, aunque falta que la Congregación para la Doctrina de la Fe examine la carta de los lefebvristas y que el Sumo Pontífice dé su dictamen. "No se puede decir que el proceso concluyó", admitió Lombardi.



Igualmente, los lefebvristas han recalcado oficialmente que la respuesta enviada al Vaticano constituye sólo "una etapa y no la conclusión" del proceso. Desde hace varios días, fuentes cercanas al proceso aseguran que está por firmarse la reconciliación entre el Vaticano y el grupo cismático.



Para el vaticanista Andrea Tornielli, los ultraconservadores están de acuerdo con los requisitos de la Santa Sede. "La respuesta de los lefebvristas va a ser positiva", escribió. "La realidad es otra", subrayaron los ultraconservadores en un breve comunicado divulgado el miércoles, en el que confirman su tradicional estilo de tira y afloja con el Vaticano.



El movimiento, enemigo de las reformas introducidas por el Concilio Vaticano II, como el ecumenismo, y fuerte sostenedor de las tradiciones católicas, corre el riesgo de salir debilitado y dividido.



La Fraternidad de San Pío X fue fundada en 1970 en Suiza y rechaza toda apertura y renovación dentro de la Iglesia.