Apple presenta el nuevo iPhone 5

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Apple es una compañía que sabe de marketing. El lanzamiento de cada uno de sus productos es acompañado por meses enteros de rumores nacidos en distintas partes del mundo. Desde Asia con los proveedores de componentes hasta los EEUU, con sitios y blogs selectos que acceden a mínimas noticias que finalmente tendrán un impacto enorme en miles de páginas web en todos los idiomas. Pero a fines de 2011 se publicó un documento único: la biografía oficial de Steve Jobs. Allí, el fundador de Apple dio pistas sobre variados temas: procesos de fabricación, nuevos productos, la feroz competencia con Google. Incluso, Jonathan Ive, líder del equipo de diseño de Apple, reveló cómo diagraman cada nuevo producto. Pero en 2012 falta algo: la influencia de Jobs. El iPhone 5 podría ser el primer miembro de la familia que catapultó finalmente a Apple al éxito sin contar con la aprobación final del mítico líder. Algunos reportes indicaron a fines del año pasado que Jobs, sabiendo la gravedad de su condición, se sentó a pensar en su legado. Allí habrían surgido el iPhone 5 y el iPad 3. Pocas son las compañías tecnológicas capaces de generar esa aura de misterio y mantener la atención del público. Apple integra ese exclusivo grupo y se encarga con su maquinaria de marketing de hacer crecer las preguntas hasta puntos insospechados. Eso sucedió durante la presentación del iPhone 4S, un día antes de que Jobs se despidiera. En el auditorio una silla quedó vacía. Todos esperaban la visita sorpresa de Jobs, casi como un auxilio para el “debutante” Tim Cook. La entrada de Jobs jamás se produjo y comenzó a correr una pregunta: ¿el iPhone 4S es un homenaje a Steve? iPhone 4S… ¿“Four Steve”? Four (cuatro) suena muy parecido a “For” (para) en inglés. ¿Es el iPhone 4S un celular “Para Steve”? Esa duda jamás encontrará respuesta. Lo único comprobable en la exitosa historia del iPhone, nacido en 2007, es que el 5 será el primero que no pasa por el exhaustivo examen de Jobs. Tres datos para tomar noción de cómo la obsesión de Jobs por el diseño podía mejorar un producto: 1-El diseño de la primera Mac demoró tres años, con un equipo trabajando 90 horas semanales; 2-Jobs no quería ningún botón en el iPod. Los diseñadores se quejaron, pero de esa obsesión surgió la icónica rueda de desplazamiento; 3-La víspera del lanzamiento del primer iPod, los colaboradores de Jobs pasaron toda la noche trabajando en el reemplazo del encastre de los auriculares porque consideraba que no hacían click en la forma precisa y deseable. ¿Puede Apple seguir con su éxito sin Jobs? La pregunta que se hicieron miles en octubre de 2011 hoy ya tiene una respuesta más que clara: SÍ. El legado de Jobs seguirá vigente al menos hasta que su equipo de colaboradores abandone Apple. Y para eso falta mucho tiempo. De hecho, la gran mayoría de las presentaciones de cada iPhone decepcionó al mundo tecnológico pero al público poco le importó. El iPhone 4S, una actualización del modelo anterior, marcó récord de ventas en pocos días. La empresa de la manzanita dará una vuelta de página hoy con la presentación de su iPhone 5, equipo que no pasó por la obsesiva mirada de Jobs. Esa mirada que muchos dentro de su círculo íntimo en Apple deberán mantener para que la compañía no pierda su mística.

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