Barack Obama aceptó la candidatura demócrata a la presidencia en una velada histórica en la que dijo que ha llegado el momento del cambio en Estado Un

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Barack Obama aceptó la candidatura demócrata a la presidencia en una velada histórica en la que dijo que ha llegado el momento del cambio en EE.UU. tras ocho años de "políticas fallidas" de los republicanos.
"Con ocho basta", aseguró el senador por Illinois ante una multitud enardecida, en referencia a los ocho años de la presidencia de George W. Bush, cuyas "políticas fallidas" equiparó con las de su rival republicano John Mcain, sobre el que vertió duras críticas.

"John McCain ha votado con George Bush el 90 por ciento de las veces. Al senador McCain le gusta hablar de tener criterio, pero realmente qué criterio tienes si piensas que George Bush estuvo en lo cierto el 90 por ciento de las veces", apuntó.
Su comparecencia en el estadio Invesco Field llegó después de una larga jornada en la que se sucedieron la música y la política y que coincidió con el 45 aniversario del mítico discurso "I have a Dream" (Tengo un sueño) del reverendo afroamericano Martin Luther King.

Por el escenario circular azul, el color de los demócratas, instalado sobre la hierba del estadio de Denver desfilaron artistas como Stevie Wonder, Jennifer Hudson, Will.i.am con John Legend, Sheryl Crow y Michael McDonald.
A ellos se sumaron, en el frente político, el candidato a la vicepresidencia demócrata Joseph Biden, el ex vicepresidente Al Gore, el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson y la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, entre otros.Todos acudieron a la palestra con un mensaje común: "McCain es más de lo mismo".

Pero el momento estelar de la jornada llegó pasadas las ocho de la noche local, cuando apareció en el podio un sonriente Obama.
Lo recibieron más de 84.000 personas con una lluvia de banderas estadounidenses y al grito de "Obama" y "Yes we can" (Sí podemos), el lema de su campaña.
Obama, que oficializó su candidatura esta semana durante la Convención Demócrata en Denver centró su discurso en una clase media venida a menos, a la que necesita cortejar para ganar el 4 de noviembre y de la que hoy se alzó en paladín.

Recordó su trabajo como organizador comunitario en los barrios pobres de Chicago y tuvo palabras para su abuela, que lo ayudó a criar, y cuya lucha para mejorar en la vida comparó con la del ciudadano medio estadounidense.
"No sé qué clase de vida piensa John McCain que tienen las celebridades, pero ésta es la que he tenido yo", dijo en referencia a las críticas de su rival, que lo acusa de ser una simple celebridad que no está listo para gobernar.
"Esos son mis héroes", apuntó en referencia a su abuela y a los trabajadores de Chicago que sufrieron el cierre de las plantas siderúrgicas.
Aseguró que "en su nombre" piensa "ganar estas elecciones y mantener la promesa estadounidense viva".

Su discurso, que mezcló lo personal con lo político, alertó del peligro que corre la que definió como "promesa estadounidense", el título de su discurso.
Esa promesa permitió que sus padres, un economista keniano educado en Harvard y su madre, una mujer de Kansas, que no eran "ni ricos ni conocidos", compartiesen una creencia común, la de que en EE.UU. su hijo podría alcanzar cualquier cosa que se propusiese.
Pero la promesa que EE.UU. ofrecía a sus ciudadanos e inmigrantes ha comenzado a evaporarse, aseguró, debido a una política que ha privilegiado a los más adinerados y a los intereses creados.
Obama, a quien sus críticos tachan de poco concreto, dijo que esta noche explicaría "en detalle" lo que significa el término cambio si se convierte en presidente.
"Cambio significa un sistema tributario que no premia a los grupos de presión que lo redactaron, pero sí a los trabajadores estadounidenses y a los pequeños negocios que lo merecen", explicó.
Insistió en que dará incentivos fiscales a las compañías que creen puestos de trabajo en EE.UU. y que reducirá los impuestos a un 95 por ciento de todas las familias trabajadoras.
En política exterior, uno de los ámbitos donde los republicanos más lo han criticado por su inexperiencia, recordó en que se opuso desde el principio a la guerra de Irak y anunció que acabará con la presencia militar en este país "de manera responsable".
La noche concluyó con una lluvia de confeti y fuegos artificiales en lugar de los tradicionales globos, en una muestra del espíritu de "cambio" con el que los demócratas afrontan esta campaña electoral.










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