La Princesa de Asturias, Mary de Dinamarca, Máxima de Holanda, Matilde de los Belgas y Victoria de Suecia, entre otras, parecen haberse puesto de acuerdo a la hora de meter las tijeras en su armario. Después de unos años en los que triunfaron las faldas de recatado largo, las futuras Reinas del siglo XXI acortan centímetros a sus conjuntos. No para ser más libres o para romper reglas como hace cuatro décadas, sino para vestir sus vidas y su agenda oficial en consonancia con unos tiempos que han vuelto a poner de manifiesto que la falda corta sobrevivirá eternamente a todas las modas y tendencias.
Aunque el corto de sus faldas y vestidos no estan redical como el que propuso en los sesenta Mary Quant cuando entró en la historia de la moda con la presentación en sociedad de la minifalda, las Princesas de Europa tampoco han sido capaces de sustraerse a esta prenda, tras su arrollador triunfo entre los mejores inventos del siglo XX.
Las Princesas irrumpen en la vida oficial atrapadas por la idea de un glamour más corto con la minifalda como prenda estrella. Un invento absolutamente necesario para una sociedad urbana en la que la mujer quería decir, sin tener que discutir, que en su cuerpo sólo mandaba ella y que su dignidad o sus valores nada tenían que ver con un trozo más o menos de tela. No es la primera vez que Matilde de los Belgas se deja ver con una mini; que la princesa Letizia rinde homenaje a la mujer coqueta y femenina; que Victoria de Suecia se sofistica camino al altar, como homenaje a las recatadas faldas que fueron ganando en libertad centímetro a centímetro.
En la década de los sesenta, fue la reina Paola de los belgas –entonces, Princesa- la que revolucionó las cortes europeas con sus minifaldas y sus biquinis; en los 90, le tocó a la Princesa Diana protagonizar la “revolución” en la misma corte en la que la inventora de la minifalda sería condecorada por la reina Isabel II… Ahora, en el inicio del tercer milenio, son las princesas Herederas de Europa las que llevan a palacio con toda normalidad esta nueva prenda de tendencia que han modernizado subiendo el largo de sus botas
La realeza europea y las minifaldas}
Aunque el corto de sus faldas y vestidos no estan redical como el que propuso en los sesenta Mary Quant cuando entró en la historia de la moda con la presentación en sociedad de la minifalda, las Princesas de Europa tampoco han sido capaces de sustraerse a esta prenda, tras su arrollador triunfo entre los mejores inventos del siglo XX.
Las Princesas irrumpen en la vida oficial atrapadas por la idea de un glamour más corto con la minifalda como prenda estrella. Un invento absolutamente necesario para una sociedad urbana en la que la mujer quería decir, sin tener que discutir, que en su cuerpo sólo mandaba ella y que su dignidad o sus valores nada tenían que ver con un trozo más o menos de tela. No es la primera vez que Matilde de los Belgas se deja ver con una mini; que la princesa Letizia rinde homenaje a la mujer coqueta y femenina; que Victoria de Suecia se sofistica camino al altar, como homenaje a las recatadas faldas que fueron ganando en libertad centímetro a centímetro.
En la década de los sesenta, fue la reina Paola de los belgas –entonces, Princesa- la que revolucionó las cortes europeas con sus minifaldas y sus biquinis; en los 90, le tocó a la Princesa Diana protagonizar la “revolución” en la misma corte en la que la inventora de la minifalda sería condecorada por la reina Isabel II… Ahora, en el inicio del tercer milenio, son las princesas Herederas de Europa las que llevan a palacio con toda normalidad esta nueva prenda de tendencia que han modernizado subiendo el largo de sus botas
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