Tips para entender la crisis financiera

Puede haber un crack bursátil?



Londres, Tokio, Shanghai, Sydney, Séoul, Frankfurt, Milán, Paris... y, al otro lado del Atlántico, Nueva York: una tras otra, las bolsas del mundo pasan al rojo desde hace dos semanas. Según Philippe Cohen, gerente de Barclays Bolsa, citado por el diario económico L'Expansion, "se puede decir que se trata de un crack veraniego aunque la palabra no pase todavía del murmullo".



Existen algunos criterios para definir si hay o no crack bursátil. La expresión hace referencia a una baja repentina y precipitada de las acciones en una o varias plazas financieras. Se propaga por efecto del pánico que lleva a los inversores a vender todos al mismo tiempo creando así ellos mismos una espiral descendente. Se considera que se trata de un crack cuando la caída de las cotizaciones supera el 20% en pocos días.



El último crack bursátil data del año 2008 y fue causado por la llamada crisis de las subprimes, los créditos hipotecarios con baja garantía que habían sido furor en los Estados Unidos.



El detonante de la caída de las bolsas de este lunes ha sido la degradación de la calificación de la deuda de los Estados Unidos el viernes 6 de agosto por la agencia Standard and Poor's, de "AAA" a "AA+". Algo inédito en la historia de ese país que ostentaba la máxima calificación desde que existe el sistema de notación, en 1941.



¿Qué hacen los líderes mundiales para frenar el pánico y limitar los daños?



Los dirigentes de las principales potencias económicas del planeta interrumpieron sus vacaciones para poner manos a la obra de contener la situación y tratar de evitar una crisis de las dimensiones de la de septiembre de 2008, desencadenada por la quiebra de Lehman Brohers. En concreto, los responsables políticos intentan mostrar una mayor responsabilidad y coordinación; la cuota de sensatez que les faltó en los meses previos y que contribuyó a agravar la situación financiera con el ingrediente de la exibición de la falta de liderazgo.



Las llamadas telefónicas se multiplicaron entre el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, la canciller alemana, Angela Merkel, el premier italiano, Silvio Berlusconi, entre otros líderes europeos, y, desde el otro lado del océano, el primer mandatario de los EEUU, Barack Obama.



Un primer resultado fue la reunión de urgencia de los ministros de Finanzas del G7 en la noche del domingo 7 al lunes 8 de la cual surgió el compromiso de "tomar todas las medidas necesarias para sostener la estabilidad financiera y el crecimiento". Esto significa que los Bancos Centrales inyectarán liquidez en los mercados para garantizar su buen funcionamiento mientras que el Banco Central Europeo (BCE) se dijo dispuesto a comprar deuda española e italiana, en caso de que los inversores privados se retiren. De hecho, ya tuvo que empezar a hacerlo este lunes.



¿En qué contexto se produce esta crisis financiera?



No es tanto la rebaja de la nota de los EEUU por Standard & Poor's como el espectáculo de una clase política con enormes dificultades para llegar a un acuerdo en tiempo y forma sobre el presupuesto y el nivel de endeudamiento de ese país lo que generó la mayor inquietud en los mercados y en el público en general. Por otra parte, el compromiso alcanzado no basta para resolver el problema que sus finanzas públicas le presentan a los EEUU. Además, la crisis de la deuda estadounidense se sumó a la que ya afecta a la zona euro desde hace dos años. En paralelo con lo que sucede en la primera potencia, el segundo salvataje griego no alcanza para llevar tranquilidad a los mercados y ahuyentar el fantasma del contagio. Basta ver cómo el nerviosismo financiero se abate nuevamente sobre Italia y España.



¿Qué chances hay de que los Estados Unidos eviten la recesión?



Barack Obama señaló que la creación de empleos debía ser la prioridad de su gobierno desde ahora. ¿Pero qué posibilidades tiene el presidente de pasar de las intenciones a los logros? Algunas de las ideas del presidente son la rebaja de impuestos para secotres medios, un aumento de la duración del seguro de desempleo y un clásico keynesiano: los grandes proyectos de infraestructura. Pero la pregunta sigue siendo si podrá hacerlo. El consumo privado, que representa el 70% del PBI, sigue cayendo. El alto nivel de endeudamiento de los hogares estadounidenses frena los nuevos gastos. Y en el contexto político interno sería muy difícil lograr la aprobación por la mayoría republicana de la Cámara de Representantes de cualquier medida de estímulo presupuestario que a los ojos de éstos representa sólo un mayor nivel de gasto público, sumado al hecho de que no desean facilitar la reelección de Barack Obama para un segundo mandato.



¿Habrá una nueva recesión mundial?



Hay signos inquietantes tanto en Europa como en los Estados Unidos. En éste último país, la actividad industrial está en baja, el consumo cae, el PBI sólo ha crecido 1,3% en el primer smestre y el desempleo sigue alto (9,1%) aunque las cifras en este último rubro no fueron tan malas como se esperaba. En Europa, España e Italia registran lastimosos niveles de crecimiento, 0,2% y 0,3% respectivamente, en el segundo trimestre. Y Francia puede seguir el mismo camino con una previsión de crecimiento de apenas 0,2%. Estas cifras echan dudas sobre la solidez de la recuperación de la economía mundial que se había registrado en 2010. Y la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) lo acaba de confirmar. De acuerdo a su índice Indicador Adelantado Compuesto (que mide las fluctuaciones de crecimiento sobre un período largo y tomando en cuenta las previsiones a futuro) ningún país miembro del G7 escapa a las malas perspectivas. El deiblitamiento del ritmo de crecimiento de la producción se verifica en los Estados Unidos, Japón, Rusia y la Unión Europea, pero también en China y Brasil.



¿Cómo encuentra esta crisis a América Latina?



Sobre el tema de las consecuencias para la región, ver Frente a la crisis financiera, la región está mejor preparada que en 2008 y OCDE pone un freno a las economías emergentes.