Carlota Casiraghi no ha querido perderse la Exhibición Internacional de Salto de Montecarlo. La hija de la princesa Carolina ha formado, una vez más, parte del palmarés de élite que constituye el grupo de jinetes más reconocidos a nivel internacional. Además, ésta era una cita muy significativa para Carlota porque en esta ocasión competía 'en casa'.
Casi un mes después del accidente automovilístico en el que se vio implicada en tierras italianas, parece haber olvidado este desagradable capítulo y estar más feliz que nunca con su presente y futuro en la hípica. El único rastro visible que aún tiene del accidente es una simple venda en una mano pero la joven se mostró relajada y muy contenta en una jornada en la que reunió a dos de sus grandes pasiones: los caballos y su familia.
Carolina de Mónaco fue a animar a su hija. Lo mismo hizo Andrea Casiraghi, que acudió junto a su inseparable novia, Tatiana Santo Domingo. La joven parece estar recuperándose poco a poco de la triste y profunda pérdida que le supuso la muerte de su padre, Julio Santo Domingo Braga, a finales del pasado mes de marzo.
A ellos también se unió Charlene Wittstock, la novia del príncipe Alberto, y quien parece mantener una relación inmejorable con el resto de los Grimaldi. Aunque demostró especial complicidad con la princesa Carolina y su hija. Las tres compartieron bromas, risas y largas charlas, presumiblemente, acerca de los caballos que competían a juzgar por la proximidad y atenciones que dedicaron a los equinos.
Tampoco podía faltar a esta cita Athina Onassis. La acaudalada heredera viajó hasta la capital del Principado para volver a dar una lección en lo que a la disciplina hípica de salto se refiere. En esta ocasión no la pudimos ver con su inseparable marido, Álvaro 'Doda' Miranda, quien suele acompañarla a la mayoria de torneos en los que participa. Tampoco estaba entre los asistentes, Alex Dellal, el novio de Carlota Casiraghi. La última vez que la pareja se dejó fotografiar junta fue hace un mes durante una romántica escapada a Venecia y que acabó con el accidente de coche que dejó levemente herida a la hija de la princesa Carolina.
Casi un mes después del accidente automovilístico en el que se vio implicada en tierras italianas, parece haber olvidado este desagradable capítulo y estar más feliz que nunca con su presente y futuro en la hípica. El único rastro visible que aún tiene del accidente es una simple venda en una mano pero la joven se mostró relajada y muy contenta en una jornada en la que reunió a dos de sus grandes pasiones: los caballos y su familia.
Carolina de Mónaco fue a animar a su hija. Lo mismo hizo Andrea Casiraghi, que acudió junto a su inseparable novia, Tatiana Santo Domingo. La joven parece estar recuperándose poco a poco de la triste y profunda pérdida que le supuso la muerte de su padre, Julio Santo Domingo Braga, a finales del pasado mes de marzo.
A ellos también se unió Charlene Wittstock, la novia del príncipe Alberto, y quien parece mantener una relación inmejorable con el resto de los Grimaldi. Aunque demostró especial complicidad con la princesa Carolina y su hija. Las tres compartieron bromas, risas y largas charlas, presumiblemente, acerca de los caballos que competían a juzgar por la proximidad y atenciones que dedicaron a los equinos.
Tampoco podía faltar a esta cita Athina Onassis. La acaudalada heredera viajó hasta la capital del Principado para volver a dar una lección en lo que a la disciplina hípica de salto se refiere. En esta ocasión no la pudimos ver con su inseparable marido, Álvaro 'Doda' Miranda, quien suele acompañarla a la mayoria de torneos en los que participa. Tampoco estaba entre los asistentes, Alex Dellal, el novio de Carlota Casiraghi. La última vez que la pareja se dejó fotografiar junta fue hace un mes durante una romántica escapada a Venecia y que acabó con el accidente de coche que dejó levemente herida a la hija de la princesa Carolina.
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